La tecnología moderna permite que podamos usar muchas formas diferentes de trasmitir datos, pero luego que cumplen su cometido deben ser enviados a ciertas empresas de destrucción de documentos para su desaparición. En la antigüedad, las tablillas de barro utilizadas para hacer anotaciones, eran fácilmente reciclables en casa, dados los ingredientes que servían como base de trabajo.

Aun así, podemos enterarnos de cómo ellos llevaban sus negocios, porque se han conseguido lugares donde simplemente las desechaban con todo lo grabado en las mismas. Actualmente esto no está permitido.

El mundo ha dado un vuelco hacia materiales más fáciles de conseguir, pasando de escribir en cuero, papiro o paredes, al papel. Este se obtiene de moler la madera, hasta formar una pasta del grado de finura requerido para la calidad del producto a elaborar. Sea de grano fino o cartones gruesos, en su mayor parte, el componente básico se originó en los bosques.

Esta situación se ha convertido en un problema por la tala de innumerables árboles, ya que la reposición no es tan rápida como se desearía. Una solución satisfactoria a ambos inconvenientes es reutilizar el papel, transportándolo a complejos industriales donde lo vuelven a convertir en pulpa, blanquean, eliminan tintas y pigmentos, y laminan para un ciclo extra de vida útil.

Hoy en muchos países del mundo, grandes cantidades de papel y el cartón requerido se obtienen por reciclaje, salvando bosques, liberando espacios de almacenamiento en las ciudades y ahorrando dinero de nuestros bolsillos.

Sabemos que hay datos que se tienen que conservar, la ley nos obliga a guardar otros por un determinado periodo de tiempo, pero, al final buena parte de la información que manejamos, un día queda obsoleta y debemos salir de ella, sobre todo debido a que se necesita incorporar la nueva.

La destrucción del material trae aparejada la de documentos, teniendo en cuenta las medidas pertinentes para que cualquier revelación personal en ellos quede anulada. Podemos apoyarnos entonces en las compañías que hacen de esto un arte. Una de sus funciones es garantizarnos la tranquilidad con respecto a lo que ha salido de nuestras manos.