En los últimos años estamos asistiendo, afortunadamente, a un renovado interés por la ayuda domiciliaria, quizás forzado en algunos casos por motivos económicos producido por la crisis del modelo de estado de bienestar. Donde el principal reto de las empresas, instituciones y profesionales dedicados a esta labor, es ser capaces de proporcionar al paciente una asistencia de calidad.
La atención o ayuda domiciliaria se puede definir como aquel servicio por el que se provee una asistencia continuada para la resolución de problemas de salud que no requieren hospitalización. Dirigida a personas que no se pueden desplazar, normalmente por impedimentos físicos. Existen diferentes tipos de ayuda domiciliaria que se pueden clasificar en función de distintos factores por ejemplo.
- Según la iniciativa puede ser: A demanda o Programada por algún organismo o institución.
- Según su fin: Asistencial, Investigadora, Educadora o Administrativa.
- Según la dependencia: Atención primaria o de hospitalización a domicilio.
- Según su financiación: Pública directa, Pública concertada, Privada o Filantrópica.
- Según la tipología de paciente: Atención de personas en fase aguda, enfermos crónicos, atención postclínica, geriátrica, cuidados paliativos y demás modalidades.
No obstante, a pesar de que exista esta diversidad en la asistencia domiciliaria, deben tener una serie de factores comunes para ofrecer un servicio de calidad, que pueden resumirse en los siguientes:
- Ser capaz de adecuar correctamente las derivaciones del Hospital, desde el alta del paciente.
- Controlar y seguir con detalle la evolución del enfermo desde su alta hospitalaria
- Comprender e integrar todos los cuidados necesarios en el servicio, ya sea en solitario o de forma conjunta con otro profesional o médico.
- Motivar al trabajador social para que tenga presente todos los aspectos que pueden incluir en la mejoría del paciente, como pueden ser, el acondicionamiento del domicilio, condiciones económicas, ayuda en domicilio… etc.
- Optimizar todos los recursos de los que se dispone para desarrollar dicha actividad. Afortunadamente, hoy en día existen cada vez más recursos tecnológicos que pueden ayudar a desarrollar con más eficacia esta labor domiciliaria.
- Empatía y sensibilización en el trato con los pacientes.